miércoles, 28 de noviembre de 2012

¿Cuanto debo Comer?

Una alimentación sana y equilibrada es el pilar fundamental sobre el que se debe sustentar nuestra salud.

Una correcta nutrición junto con la adquisición de ciertos hábitos saludables de vida como el ejercicio periódico ( basta con 45 minutos, tres días a la semana ), no fumar, no beber alcohol o de forma muy moderada, etc. aumenta nuestro bienestar y calidad de vida.
Aunque al principio pueda suponer un esfuerzo el adoptar unos nuevos hábitos de vida y consumo alimentario, pronto se convertirá en una rutina que bien merecerá la pena si tenemos en cuenta los beneficios a medio y largo plazo sobre nuestra salud.

Este artículo pretende dar a conocer ciertos principios sobre la manera de llevar una alimentación sana, y si nos fijamos bien en la propuesta, en realidad, el esfuerzo no es tan grande,y pasado un tiempo, más bien sucedería al contrario, el esfuerzo supondría cambiar nuestros hábitos saludables por otros menos recomendables.
Una dieta equilibrada es aquella que contiene todos los alimentos necesarios para conseguir un estado óptimo nutricional. En realidad no existen alimentos malos ni prohibidos, simplemente, cada uno hay que tomarlo en su justa medida. Para conseguir una dieta sana hay que comer todo tipo de alimentos. No hay nada más recomendable en alimentación que una dieta variada que incluya todos los grupos de alimentos existentes. Por lo tanto la clave está en saber cuánto comer de cada alimento a lo largo de la semana, y como repartirlo en las diferentes comidas.
Es muy importante y sería deseable que todos los consumidores tuvieran ciertos conocimientos mínimos en el campo de la alimentación para, de esta manera, poder confeccionar sus dietas con su propio criterio según sus conocimientos sabiendo que se están haciendo las cosas bien.

Una dieta adecuada a seguir a lo largo de una semana, debe estar compuesta de la siguiente manera:
Verduras frescas
(ensaladas, menestras, coliflor, vainas, etc.)
1 ración o mas al día
Lácteos
( leche, yogurt, queso,... etc.) 2 raciones al día
Legumbres (lentejas, garbanzos, alubias...etc.) 2 - 3 raciones a la semana.
Frutas
( naranjas, peras, manzanas, ciruelas, albaricoques, etc.)
1 - 2 raciones al día
Cereales
pan 3 raciones al día.
pasta 2 raciones a la semana.
arroz 1 - 2 raciones a la semana
cereales desayuno 3 - 4 raciones a la semana.
patatas 3 - 4 raciones a la semana
Carnes
Carne 3 - 4 raciones a la semana
Pescado 4 - 5 raciones a la semana
Huevos 2 raciones a la semana
Grasas 4 - 5 raciones al día
 

¿Qué es una ración?
El peso de una ración varía según el tipo de alimento.
Verduras y Frutas
Verduras 200 gramos
Fruta Una pieza mediana en el caso de frutas como naranja, manzana, pera...Unos 100 - 125 gramos en el caso de frutas pequeñas ( cerezas, uvas, fresas,... etc.).
legumbres 50 - 80 gramos
  Lácteos
leche 200 - 250 ml ( un vaso )
Yogurt 2 unidades (125 g)
Queso fresco, requesón, queso magro 60 g.
Cereales
Pan 50 gramos
Pasta 50 - 80 gramos
arroz 50 - 80 gramos
cereales para desayuno 30 gramos
patatas 200 gramos
Carnes
Carne 100 gramos
pescado 130 gramos
huevos 2 unidades
Grasas
aceite 10 -12 gramos ( una cucharada sopera )
Mantequilla 10 - 12 gramos
Se ha de contabilizar igualmente como una ración de grasa consumida si se ha tomado a lo largo del día:
1 vaso de leche entera
1 bistec magro
1 pescado azul
2 huevos

Las Calorias que contienen los Alimentos mas comunes
Bebidas alcohólicas
La bebidas alcohólicas engordan porque tienen muchas calorías.
Es preferible el vino a las bebidas destiladas (pisco, whisky, ron, etc.).
Cuanto mayor sea la graduación es alcohol, mayor es el número de calorías que contienen.
Bebidas azucaradas

Una lata de cola contiene 200 calorías.
Bebiendo una lata diaria ganarías 9 kilos en un año.

Bebe mucha agua, seis a ocho veces al día.
Verduras y Ensaladas
Tienen pocas calorías y poca grasa.
Contienen fibra, vitaminas y minerales.
Cocínalas al vapor o al horno, evitando freírlas, utilizar mantequilla o salsas con crema.
Aliña con vinagre o jugo de limón, y aceite de oliva (con moderación).
Consume la palta y las aceitunas con moderación.

Las verduras y ensaladas son los alimentos más indicados para perder peso.
Carnes Aves y Pescados
Cocínalas al vapor, a la plancha, a la parrilla o al horno; no los fría.
Las carnes blancas (aves) contienen menos grasa que las carnes rojas.
Quita simpre la grasa visible de la carne.
Evita las carnes preparadas y envasadas: embutidos, salchichas, etc.
El pescado y los mariscos constituyen la mejor de las elecciones.
Arroz
Son nuestra principal fuente de energía, por lo tanto primordiales en nuestra alimentación, sin embargo no se exceda en su consumo.
Evita salsas y cremas con las pastas.
El pan integral es siempre mejor que el blanco.
Grasas aceites
La margarina tiene tanta grasa como la mantequilla, pero hay margarinas de régimen bajas en calorías.
Evita la mayonesa, sino utiliza mayonesa light y consúmela con moderación.
Para las ensaladas utiliza vinagre o jugo de limón, y aceite de oliva en forma moderada.
Condimenta con especias frescas: cebolla, ajo, cebollín, eneldo, pimentón o secas: comino, laurel, curry, etc.

Que un producto no tenga colesterol no significa que sea bajo en calorías.
Colaciones
Evita los productos envasados (galletas, chocolates, papitas fritas).
Consume fruta fresca, yogurt descremado o jalea light.
 
Frutos secos
Deben ser consumidos con moderación, porque a pesar de no tener colesterol y ser ricos en fibras, contienen grandes cantidades de grasas y calorías.
 
Azúcares y dulces
Use edulcorantes para endulzar sus comidas.
Las frutas enteras en conservas tienen pocas grasas y azúcares.
Las hierbas y especias frescas añaden sabor a las comidas y no engordan.
 
Huevos
Es mejor comerlos a la copa, duros o escalfados, que fritos en aceite.
Prepara tus tortillas en un sartén antiadherente (teflón) con muy poco aceite.
Intenta comer sólo las claras.
A lo mejor, lo anteriormente expuesto puede parece un poco lioso y engorroso, pero si si hacemos el esfuerzo de entenderlo y en ponerlo en práctica, veremos como no es tan dificil. Resultaría utilísimo para la persona que desee seguir estas recomendaciones, tener una balanza para pesar los alimentos ya que muchas veces nos llevaríamos grandes sorpresas conociendo el peso real de un alimento frente al que nosotros hemos calculado "a ojo". Una vez pesados ya sabremos calcular sin necesidad de volver a pesarlos cuánto es más o menos una ración de cada alimento.
Otros alimentos no incluidos en la lista como embutidos, alcohol, dulces, bollería, etc., son muy energéticos y poco elementos nutritivos interesantes aportan a nuestra salud, por lo que sería mejor tomarlos ocasionalmente en fiestas, cenas especiales, un día de antojo, o algo por es estilo.

Cuando Necesitamos mas Energia
Otro aspecto muy importante, y que hemos de aprender, es a repartir la ingesta a lo largo del día. ¿cuándo nos mantenemos más activos a lo largo del día? normalmente a la mañana. Algunos a las tardes. Por lo tanto necesitaremos más energía en las comidas que preceden a esos momentos del día.
El desayuno ha de ser fuerte. Está demostrado que en muchos niños, la escasa atención que se pone al desayuno, es la principal razón de su escaso rendimiento escolar ya que se produce cansancio, debilidad y falta de concentración en sus horas escolares. ¿es que acaso no es normal si han estado toda la noche durmiendo, y luego se les da un simple vaso de leche para desayunar? son demasiadas horas sin comer.
La comida también ha de ser fuerte. Sin embargo, los españoles cenamos demasiado. No es recomendable en personas estudiantes o que trabajan de día, ya que la noche se dedica al descanso y durante este periodo la cantidad de energía que necesita nuestro cuerpo es mucho menor.
Además una cena copiosa es muchas veces responsable de digestiones pesadas que impide conciliar el sueño. Además de las tres comidas principales del día (desayuno, comida y cena) es muy recomendable repartir nuestra ingesta diaria en otras tres: repartir lo que se iba a tomar en el desayuno entre éste y un almuerzo a media mañana; la comida entre ésta y la merienda, y la cena repartirla entre ésta y una recena que bien puede ser un vaso de leche caliente especialmente adecuado en niños ya que ayuda a la conciliación del sueño

martes, 27 de noviembre de 2012

Cereales, Una Alimentación Integral

El cereal integral conserva toda su riqueza porque no sufre procesos de refinamiento, y además ayuda a mantener la alcalinidad del organismo; es decir, lo libera de la acidez, que es un estado que favorece la aparición de muchas enfermedades.

 Para la macrobiótica, la prueba más evidente de que debemos incorporar cereales integrales a diario en la dieta es que la mitad de nuestra dentadura, molares y premolares, está preparada naturalmente para masticar granos enteros.
Los granos integrales contienen una extensa variedad de micronutrientes y oligoelementos que se pierden en el proceso de refinación y que podrían ser beneficiosos para la salud.

Mejor lo integral
Parece razonable recomendar un desplazamiento de consumo de cereales refinados hacia productos integrales. A la acción de la fibra en sí, se une la de los nutrientes presentes en la cáscara de los granos. Parece haber cierta tendencia a consumir productos refinados enriquecidos. Estos, además de encarecer el producto, nunca aportarán el beneficio suplementario de la fibra y, tal vez, el de nutrientes presentes en la cáscara y todavía por descubrir.
Los cereales pierden importantes nutrientes durante el proceso de molienda y refinación. Por ello, los productos terminados cuyo primordial ingrediente es algún cereal, deben contar cuando menos con las cantidades de vitaminas, minerales, hierro, complejo B, tiamina, riboflavina y niacina- que contienen en su estado natural.

No engordan
Los cereales integrales no engordan. Lo que confunde a la gente preocupada por el peso es que este tipo de alimentos es moderadamente alto en calorías, pero las calorías que engordan no son la de los cereales sino la de las grasas y los azúcares.
Las calorías de los cereales integrales son metabolizadas por el hígado y transformadas en glucosa que es distribuida en el organismo en forma de energía. No como energía rápida -como aportan los azúcares-, sino como energía sostenida, ya que al comer permanentemente cereales integrales, el hígado los transforma, almacena ésta energía y la aporta a medida que el organismo la necesita. Provistos de vitaminas, minerales, carbohidratos que proporcionan energía, proteínas, fibras limpiadoras, son una completa alimentación. Como resultado de ello cuando se come cereales integrales diariamente, se siente satisfecho más rápidamente y durante más tiempo después de haber comido, sin producir efectos colaterales como son toxinas y residuos grasos.

El Arroz integral
Originario de Asia, se cultiva en las regiones húmedas y subtropicales de todo el mundo y constituye el alimento básico de buena parte de la humanidad. El arroz integral es el grano sin pulir, desprovisto únicamente de su capa protectora y conservando la piel que rodea al grano, en la que reside la mayor parte de sus nutrientes. Es un cereal básico por poseer las substancias fundamentales necesarias para el organismo ; proteínas, grasas, carbohidratos, minerales, glucosa, vitamina E, provitamina A, vitaminas del grupo B y todos los aminoácidos esenciales. Por consiguiente, es muy energético, digestivo y de fácil asimilación. Favorece especialmente al hígado, pulmones e intestinos y su consumo se recomienda en cualquier época del año.
Existen numerosas variedades de arroz integral, siendo las más comunes: de grano corto, medio, largo, medio cocido al vapor para que el almidón emulsione y cuando se cocine resulte un grano separado y firme, precocido, para reducir el tiempo de cocción posterior... La elección de un tipo determinado, dependerá de los propios gustos y del tipo de plato que se vaya a preparar. Existen numerosas formas de tomar el arroz : en grano, copos, harina, sémola o pasta y muchos productos a base de este cereal :mochi, vinagre, sake, leche...
 
Los Cereales Integrales y la Salud
Según últimos estudios, la sustitución de granos refinados por integrales en la alimentación habitual, puede reducir el riesgo de mortalidad para todas las causas. El consumo diario de cereales integrales está inversamente relacionado con la tasa de mortalidad en mujeres americanas entre 55 y 69 años.
Posiblemente el mecanismo por el que estos alimentos mejoran la salud tiene que ver con su riqueza en minerales, antioxidantes y fitoestrógenos. La mortalidad total se asocia de forma directa al consumo de cereales refinados. Es probable que influyan en el organismo a través de efectos en el metabolismo de la insulina. Actualmente los granos refinados contribuyen con algo más del 20% a la ingestión diaria de energía, y los integrales con un 1%.
El motivo de que la fibra reduzca el riesgo coronario, no es sólo el hecho de que disminuye los niveles de colesterol en sangre, sino que, además, es una buena fuente de fitoestrógenos que protegen el corazón. Por último, los investigadores recuerdan que son los alimentos integrales los más ricos en fibra, ya que se elaboran con el grano y su cubierta (el salvado). Por ello, proponen a las mujeres que aumenten el consumo de productos integrales, en lugar de sus versiones refinadas.
Estos productos alimenticios también resultan saludables para los diabéticos debido a que su consumo, disminuye los niveles de glucosa en la sangre en estos pacientes, según demuestra un estudio realizado por investigadores del Centro Médico de la Universidad de Texas.

Los cereales integrales
Su consumo contribuye a disminuir el riesgo de padecer ciertas enfermedades.
Estudios realizados en la actualidad han puesto de manifiesto los beneficios que supone para la salud el consumo de productos integrales (pan, arroz, pasta, cereales de desayuno, galletas…), por lo que parece recomendable incorporar habitualmente dichos alimentos en nuestra dieta.

Propiedades nutritivas más destacables
Los alimentos elaborados con cereales de grano entero, tienen un contenido nutritivo y de fibra mayor que los alimentos refinados, ya que en este proceso se eliminan ciertas partes del cereal, como el salvado y el germen.
Entre los nutrientes destacados de los alimentos integrales están las vitaminas del grupo B, la vitamina E, minerales como selenio, zinc, cobre, magnesio, fósforo, hierro y grasas poliinsaturadas procedentes del germen del cereal.
Además de estas ventajas nutricionales, los cereales integrales son más sabrosos y su textura es más firme y crujiente, cualidades que son aprovechadas en la cocina para preparar productos y platos suculentos.

Como cuidan de nuestra de salud
El mayor contenido en fibra de los alimentos integrales es beneficioso por diversas razones:
  • Mejora el tránsito intestinal y contribuye a prevenir y tratar el estreñimiento
  • Ejerce un importante papel en la prevención del cáncer, en especial frente al de colon, ya que las partículas responsables del desarrollo de esta enfermedad (carcinógenos) son arrastradas junto con las heces, lo que disminuye su permanencia y tiempo de contacto con el revestimiento del intestino
  • La saciedad que produce el consumo de alimentos ricos en fibra evita la ingesta de otros alimentos más calóricos, un aspecto importante en las dietas de adelgazamiento y como medida preventiva frente a la obesidad
  • Ayudan a reducir los niveles de colesterol y por tanto, el riesgo de enfermedades cardiacas.
Las personas con diabetes también se pueden beneficiar del consumo de alimentos integrales, ya que éstos tienen un índice glicémico menor que el de los refinados, es decir, que tras su ingesta no producen picos elevados de glucosa en la sangre y la demanda de insulina es menor.
La vitamina E, además de proteger las membranas celulares del sistema nervioso, los glóbulos rojos, las células musculares y el sistema cardiovascular, ejerce un efecto antioxidante capaz de frenar la acción de los radicales libres, que están implicados en la aparición de diversas enfermedades.
 
Precauciones
Si no se está habituado a tomar alimentos integrales con frecuencia, conviene aumentar su consumo poco a poco, para evitar molestias gastrointestinales.
En ciertas situaciones, el consumo de alimentos integrales está contraindicado. Tal es el cado de la diarrea, brotes agudos de la enfermedad de Crohn o de la colitis ulcerosa o cuando se van a realizar ciertas exploraciones clínicas, en cuyo caso se suele pautar una dieta pobre en fibra o residuo.

¿Los alimentos integrales adelgazan?
Muchas personas que se ponen a dieta sustituyen los alimentos refinados por otros integrales con la idea errónea de que éstos aportan menos calorías y que pueden tomarlos sin medir la cantidad. La composición de los alimentos integrales respecto a los refinados, varía sobre todo en el contenido en fibra, vitaminas y minerales, nutrientes que no influyen en las calorías totales del alimento, por lo que se puede decir que tanto los unos como los otros aportan similar cantidad de energía

lunes, 26 de noviembre de 2012

Dieta Mediterranea: Alimentación y Prevención

Una alimentación correcta, variada y completa, una dieta equilibrada cuyo modelo más reconocido es la dieta mediterránea.

 Esta permite por un lado que nuestro cuerpo funcione con normalidad (que cubra nuestras necesidades biológicas básicas -necesitamos comer para poder vivir-) y por otro, previene o al menos reduce el riesgo de padecer ciertas alteraciones o enfermedades a corto y largo plazo.
Basta con recordar el impacto que tienen en nuestra sociedad las llamadas "enfermedades de la civilización": hipertensión, obesidad, diabetes, enfermedades cardiovasculares, trastornos de la conducta alimentaria e incluso ciertos tipos de cáncer se relacionan con una alimentación desequilibrada. No es, normalmente, una relación directa de causa-efecto, pero sí supone uno de los factores que contribuye a aumentar el riesgo de aparición y desarrollo de dichas enfermedades.
Las líneas actuales de investigación se centran ya no sólo en el consumo de energía y nutrientes (proteínas, grasas e hidratos de carbono, vitaminas, minerales y agua), sino también en otros componentes no nutritivos de los alimentos que (se ha comprobado en la experimentación y en estudios científicos de laboratorio) se comportan como elementos protectores frente a estas y otras enfermedades; hablamos concretamente de la fibra y de los antioxidantes naturales, presentes fundamentalmente en los vegetales

¿Que sabemos de la dieta mediterranea?
Tanto la comunidad médica como la que trabaja específicamente en temas de nutrición han llegado a un consenso sobre la bondad de la dieta mediterránea tradicional: contribuye a disminuir el riesgo de padecer patologías crónicas (entre ellas, las enfermedades del corazón, el cáncer, la obesidad y la diabetes) que afectan a grandes capas de población en las sociedades desarrolladas. Son características esenciales de esta dieta el consumo abundante de cereales y sus derivados (pasta, arroz, pan…), legumbres, frutas y frutos secos, verduras y hortalizas, con menores cantidades de pescado, aves, huevos y derivados lácteos y aún más reducidas proporciones de carne y productos cárnicos.
Estos alimentos se condimentan habitualmente con aceite de oliva (aumenta el llamado buen colesterol (HDL-c) y evita la oxidación del llamado mal colesterol (LDL-c-), principal responsable de la formación de placas en venas y arterias) y semillas (grasa similar a la del pescado azul, que reduce el colesterol total, los triglicéridos sanguíneos y la viscosidad de la sangre) y se acompañan (si la persona tiene la costumbre) de un consumo moderado de vino tinto en la comida. Realizar con frecuencia regular ejercicio físico es una característica típica de la forma de vida Mediterránea y un complemento importante de la salud.

Recomendaciones dietéticas
Leche y lácteos: Todos, salvo los indicados en el apartado de 'alimentos limitados'
Carnes, pescado, huevos y derivados: Aves y carnes magras (pollo y pavo sin piel, ternera magra, caña de lomo, conejo, solomillo de cerdo o ternera, caballo), hígado, pescados (blanco y azul) y huevos.
Cereales, patatas y legumbres: Todos. Preferir los cereales integrales a los refinados, aunque depende la dieta de cada persona.
Verduras y Hortalizas: Todas, a ser posible una ración diaria cruda (ensaladas)
Frutas: Todas, salvo las indicadas en 'alimentos limitados'
Bebidas: Agua, caldos desgrasados, infusiones, zumos sin azucarar
Grasas: Aceites de oliva y semillas (girasol, maíz, soja...), mantequilla y margarina vegetal, frutos secos
Otros: Mermelada, miel…, salsas y acompañamientos de platos a base de hortalizas…

Alimentos a consumir con moderacion
Carnes, semigrasa, víscera, jamón serrano, york…: Especial bajo en grasa (3-5% grasas), fiambres de pollo y pavo y otros embutidos grasos, con menor frecuencia o en menor cantidad de consumo
Cereales y patatas: Bollería casera elaborada con aceite de oliva, bollería que en su composición más se parece al pan (bollo suizo, bizcochos de soletilla…), patatas fritas.
Bebidas: Bebidas refrescantes, batidos lácteos, bebidas alcohólicas de baja graduación (cerveza, sidra, vinos de mesa)
Grasas: Mayonesa, nata
Grasas: Postres caseros, helados, gelatinas, precocinados, salsas comerciales y caseras tipo bechamel
 
Alimentos de consumo ocasional
Leche y lácteos: Leche condensada, lácteos muy grasos (quesos muy maduros o fermentados), lácteos con mermeladas y nata o enriquecidos con nata
Carnes grasas: (cerdo y ternera grasos, pato), carnes ahumadas o curadas, charcutería (salchichas, foie gras, patés), pescados adobados, salazones, ahumados, en escabeche…
Legumbres: Aquellas que se cocinan con ingredientes grasos de origen animal (morcilla, tocino, chorizo, etc.)
Frutas: en almíbar, secas, confitadas y escarchadas
Bebidas: Bebidas alcohólicas de alta graduación (licores, destilados…)
Crasas: Manteca, tocino y sebos, aceites de coco y palma (sobre todo en cierta repostería industrial envasada), manteca de cacao y productos que la contengan (chocolate, cremas de chocolate tipo pralines…)
Otros productos: Snacks (ganchitos, patatas chips, etc.) y productos de fast food, productode pastelería y repostería rellenos o bañados en soluciones azucaradas, chocolateados….

Consejos para la confeccion de menus saludables
Incluir gran variedad de alimentos, pero no en grandes cantidades.

Variar al máximo el tipo de alimentos dentro de cada grupo (distintas verduras, frutas, pescado blanco-azul, etc).

Respetar los horarios de comidas y no saltarse ninguna.

Moderar el consumo de grasas de origen animal (grasas saturadas que tienden a aumentar el colesterol):
- Eliminar la grasa visible de carnes y aves antes de su cocinado
- Escoger preferiblemente con mayor frecuencia las carnes más magras: pollo, pavo, conejo, ternera magra, cinta de lomo, caballo… y desgrasar los caldos en frío antes de emplearlos en la elaboración de sopas, etc.
- Limitar el consumo de fiambres y embutidos, foie gras y patés.
- Si se toman más de 2 vasos de leche entera o equivalente al día, se recomienda que la cantidad extra sea en forma de otros lácteos bajos en grasa

Comer, al menos, con igual frecuencia semanal, pescado (blanco y azul) y carne. Mínimo: 4 veces pescado a la semana.

Tomar, cuando menos, dos piezas diarias de fruta al día, procurando incluir algún cítrico (naranja, limón, mandarina...)

Incluir diariamente verduras, una en forma cruda (ensaladas)

Legumbres, pastas alimenticias y arroz, entre dos y cuatro veces por semana

Incluir cada día cantidad suficiente de cereales como el pan.

Limitar el consumo de alimentos muy azucarados y de sal.

Beber entre litro y litro y medio de agua al día (4-6 vasos )

Se recomienda especialmente el aceite de oliva pero también son interesantes otros aceites de semillas: girasol, maíz, soja (todos ellos, con grasas insaturadas cardioprotectoras). No mezclar aceite de oliva con los de semillas, desechar el aceite quemado que humea y, en general, no utilizar el mismo aceite para freír más de tres veces. Mantequilla y margarina, mejor en crudo.

Distribuir la alimentación en tres comidas principales (desayuno, comida y cena) e incluir alguna colación a media mañana o como merienda, adaptar según horarios y necesidades particulares

Son más adecuadas, en general, las técnicas culinarias que menos grasa aportan a los alimentos: al agua -cocido o hervido, vapor, escalfado-, rehogado, plancha, horno y papillote. Consumir moderadamente fritos, rebozados, empanados, guisos y estofados (desgrasar en frío mejora su conservación y su calidad nutricional)

Para que la comida resulte más apetitosa se pueden emplear condimentos como hierbas aromáticas, especias...
 
Hábitos saludables
Evitar el sedentarismo y realizar ejercicio físico frecuentemente contribuye a un mejor control de ciertas enfermedades como la diabetes. Además, mejora la circulación y junto con una dieta hipocalórica (baja en calorías) contribuye a la pérdida de peso. Asimismo, la práctica cotidiana de ejercicio físico aumenta el llamado buen colesterol (HDL-c) y reduce los triglicéridos sanguíneos, refuerza la musculatura y contribuye al bienestar, ya que alivia el estrés y la tensión. El ejercicio debe ser regular, si es posible a diario, adaptado a los gustos del individuo, independiente del tiempo-clima reinante y, lo más importante, debe adaptarse a la edad y posibilidades de cada persona. Tomaremos precauciones en caso de sufrir riesgo cardiovascular y pérdida de sensibilidad nerviosa por el riesgo de lesiones.

Abandonar los hábitos tóxicos: tabaco, drogas, exceso de bebidas alcohólicas, consumo de medicamentos no necesarios...

Aprender a mantener un ritmo vital relajado y evitar el estrés que tanto perjudica nuestra calidad de vida.
 
Ultimos avances
funcionalidad de la fibra y los antioxidantes naturales
Parte de la investigación actual en relación con la salud y la alimentación se centra en los compuestos no nutritivos de los alimentos y su efecto protector de la salud: fibra y antioxidantes naturales.
La fibra dietética fue desechada durante muchos años por los especialistas en Nutrición Humana. Sin embargo, en las últimas dos décadas se ha producido una sorprendente apreciación de su importancia para la salud. Los diversos tipos de fibra se pueden dividir en dos grandes grupos: los insolubles y los solubles en agua que forman geles viscosos. Los alimentos ricos en fibra aumentan la sensación de saciedad (hacen que la persona se sienta "llena" y que el tiempo de vaciado gástrico sea mayor, por lo que se retrasa la sensación de hambre tras la comida), lo que es beneficioso para las personas que sufren obesidad. Y lo que es más importante aún: una dieta pobre en fibra es causa de estreñimiento y compresión en el tracto intestinal. Esto se ha relacionado con el desarrollo de la enfermedad diverticular del colon, hernia de hiato, hemorroides y venas varicosas.

La fibra como prevención
Todas estas dolencias son más comunes en personas que ingieren poca fibra. Es decir, que las dietas ricas en fibra resultan preventivas. También reducen el colesterol y el riesgo de enfermedades cardiacas.
Las sales biliares se forman en el hígado a partir del colesterol. Se segregan unos 30 gramos del mismo al día en la bilis. La mayor parte de estas sales son reabsorbidas y recicladas. La fibra arrastra una porción de estas sales (y del mismo colesterol, que también se segrega en la bilis) para ser excretada a través de las heces en lugar de ser reabsorbida, haciendo que se utilice más colesterol para sintetizar las sales de la bilis. El mismo efecto reduce también el riesgo de formación de cálculos biliares, ya que una dieta rica en fibra da como resultado más sales biliares y menos colesterol presente en la bilis. La insolubilidad del colesterol cuando se encuentra en altas concentraciones en la bilis ocasiona la formación de cálculos biliares. Las sales biliares también se han relacionado con el desarrollo del cáncer de intestino grueso. Si se mezclan con la fibra dietética en lugar de encontrarse en solución libre, no pueden afectar a la pared intestinal para fomentar el desarrollo de tumores.
La fibra dietética ejerce otros dos efectos relevantes en la reducción del riesgo de cáncer. Todas las dietas contienen compuestos potencialmente carcinogénicos (que pueden causar cáncer) que al mezclarse con la fibra ya no pueden ser reabsorbidos en el cuerpo, y por tanto no pueden afectar a las células intestinales. Además, las bacterias del intestino fermentan una parte de la fibra dietética y parte de los productos de este metabolismo bacteriano (en especial, el ácido butírico) realizan una acción antiproliferativa, ayudan a evitar que se multipliquen las células por lo que proporcionan mayor protección frente al desarrollo del cáncer de intestino.
La fibra soluble también es beneficiosa en el tratamiento de la diabetes mellitus, ya que disminuye la velocidad de absorción de los hidratos de carbono de los alimentos ingeridos, evitando elevaciones bruscas del nivel de glucosa en sangre después de comer: alimentos ricos en fibra soluble tomados conjuntamente con alimentos que contienen azúcares de absorción rápida reducen la velocidad global de absorción de azúcares de la comida, y por tanto permiten incluir mayor variedad de alimentos en la dieta del diabético.

La bondad de los antioxidantes naturales
La mayoría de los antioxidantes naturales se encuentra en alimentos vegetales, lo que explica en parte el carácter saludable de frutas, legumbres, hortalizas y cereales integrales. En los últimos años se han investigado los antioxidantes naturales en relación con su papel dentro de las enfermedades de máximo impacto en Occidente, como las cardiovasculares, numerosos tipos de cáncer, sida, e incluso otras asociadas con el proceso de envejecimiento, como las cataratas y las alteraciones del sistema nervioso. La respiración en presencia de oxígeno es esencial en la vida celular, pero como consecuencia de la misma se producen "radicales libres" y otras "moléculas de oxígeno reactivas", que si no son controladas adecuadamente, pueden ocasionar a lo largo de la vida efectos negativos por su capacidad de alterar el ADN (los genes), las proteínas y los lípidos. Los estudios sobre antioxidantes naturales se centran en la Vitamina E, Vitamina C, Beta-carotenos, bioflavonoides, antocianinas, compuestos sulfurosos, selenio y cinc. La relación que existe entre antioxidantes y enfermedades cardiovasculares, y probablemente enfermedades cerebrovasculares, es hoy una afirmación científicamente sustentada. Se sabe que la modificación del "mal colesterol" (LDL-c) desempeña un papel fundamental tanto en la iniciación como en el desarrollo de la arterosclerosis. Los antioxidantes naturales pueden bloquear los radicales libres y las moléculas de oxígeno reactivo.
Los estudios que relacionan estos radicales libres con el cáncer son más complejos y no tan resolutivos. Se estima que bajos niveles de estos antioxidantes pueden constituir un factor de riesgo para algunos cánceres. Es decir, que los antioxidantes naturales podrían desempeñar un papel protector. Cada día se sabe más sobre los antioxidantes, y podemos promover su consumo mediante los alimentos (verduras, fundamentalmente) que los contienen, aunque es todavía pronto para saber si es conveniente o no ingerir suplementos comerciales con estos elementos.

viernes, 23 de noviembre de 2012

El Colesterol y su Control

La alta concentración de colesterol en la sangre, tan nociva por sus efectos negativos en el funcionamiento del corazón y de la circulación, puede reducirse de forma considerable mediante una dieta alimentaria adecuada.

Es una sustancia que se encuentra en todos los tejidos animales, de forma especial en la bilis, en los cálculos biliares, en las grasas y, normalmente, en la sangre. El organismo necesita colesterol, pues a partir de él sintetiza hormonas y sales biliares que desempeñan un papel muy importante en la absorción de las grasas procedentes de los alimentos.
Mediante un mecanismo metabólico muy preciso, el organismo mantiene en equilibrio las cantidades de colesterol que hay en la sangre y en el hígado, pero cuando el aporte de colesterol es superior al necesario durante un tiempo prolongado, el mecanismo puede sufrir alteraciones. La más frecuente de ellas es que el hígado deje de fabricar y de destruir el colesterol de forma normal y, en consecuencia, se rompa el equilibrio y se produzca una hipercolesterolemia, es decir, una concentración excesiva de colesterol en la sangre.

La Hipercolesterolemia
La elevada concentración de colesterol en la sangre puede tener diversos orígenes, entre los que se incluyen el de índole genético, si bien el más corriente se encuentra en la ingestión demasiado abundante de grasas animales. Pero, en cualquiera de los casos, ese alto nivel de concentración pueden reducirse en cuestión de días con una alimentación de muy bajo contenido en esa clase de grasas.
Al exceso de colesterol obedecen muchos de los trastornos cardiovasculares en los países desarrollados.

La Arteriosclerosis
El peligro implícito que lleva aparejada una concentración alta de colesterol radica en que, cuando éste se combina con el calcio suele acumularse en las paredes de las arterias, quitándoles elasticidad y reduciendo su diámetro. Esta circunstancia, conocida con el nombre de arteriosclerosis, dificulta el flujo sanguíneo normal y suele provocar trastornos circulatorios y cardíacos.

Una Dieta Adecuada
El gran consumo de alimentos de origen animal que se registra en los países más desarrollados ha traído como consecuencia un elevado índice de los trastornos señalados anteriormente. Por el contrario, su incidencia es mucho menor en los países más pobres, donde la dieta alimentaria se compone principalmente de productos naturales frescos, con la exclusión prácticamente total de los de origen animal. Dadas estas circunstancias, es, cuando menos, razonable la propuesta de reducir el consumo de productos de origen animal, especialmente el huevo y la mantequilla, y aumentar el de vegetales y cereales.
Los alimentos vegetales frescos y también algunos elaborados, como los aceites y las margarinas vegetales, están virtualmente exentos de colesterol. Por ello, su consumo contribuye tanto a evitar la concentración de éste en la sangre como a reducir cuando se encuentra en niveles elevados.
Los productos ricos en fibras, ya sean hortalizas o cereales, se incluyen entre los alimentos aconsejables porque se les atribuye propiedades beneficiosas para el metabolismo del colesterol. Estas consideraciones se fundamenta principalmente en los estudios realizados sobre los efectos que tienen esos productos en las poblaciones que los consumen habitualmente, donde se han podido encontrar más bajos niveles de colesterol en la sangre.

Para Prevenir el Colesterol
La ingestión de alimentos de origen animal no debe superar el 10% del peso
total de los alimentos tomados a diario.
El consumo de huevos y de mantequilla, dos de los alimentos que más
colesterol contienen, debe reducirse al mínimo.
Los productos vegetales deben componer la mayor parte de la dieta alimentaria.
La ingestión diaria de una cucharadita de lecitina de soja contribuye a eliminar el colesterol.
Los aceites vegetales y la margarina son saludables porque su aporte de colesterol al organismo es mínimo.

Intente Comer Menos de...
Menos carne y embutidos. También es importante reducir el consumo de carnes y embutidos. Evite el bacón/panceta y las salchichas. Las piezas de carne de cerdo y ternera deben ser magras, es decir, libres de grasa visible. El jamón serrano magro tiene también poca grasa. El pollo, el pavo, el conejo, la liebre, la perdiz, la codorniz, el cabrito... son carnes con poca grasa si tenemos la precaución de quitarles la piel. Entre los embutidos, la morcilla es la que menos grasa tiene.
Menos vísceras y mariscos. Reducir el consumo de alimentos ricos en colesterol como las vísceras (sesos, hígado, riñones, mollejas, callos), los mariscos.
Menos huevos. Reducir su consumo a tres o cuatro a la semana sin llegar a eliminarlos de la dieta porque son un alimento muy completo. La clara de huevo o el merengue pueden tomarse sin problema.
Menos queso curado. Reducir el consumo de quesos curados a no más de dos veces por semana. Es preferible el consumo de queso blanco o quesos descremados.
Menos precocinados. Evitar los alimentos preparados y preferir los cocinados en casa.

Intente comer más de...
Más aceite de oliva. El aceite de oliva presenta un efecto diferencial frente a otros aceites vegetales ricos en ácidos grasos poliinsaturados o monoinsaturados. Todos ellos dan lugar a un descenso del colesterol-LDL (colesterol malo), mientras que sólo el aceite de oliva previene la bajada de colesterol-HDL (colesterol bueno). Sin embargo, es sólo el aceite de oliva virgen el que inhibe la oxidación de LDL gracias a su alto contenido en compuestos antioxidantes, particularmente tocoferoles y compuestos fenólicos.
Más leche desnatada. Si se toma mucha leche, es aconsejable optar por la desnatada o semidesnatada. Elija igualmente los yogures descremados o desnatados. Una excelente opción es tomar leche enriquecida en ácidos grasos omega tres, en la que se han eliminado las grasas saturadas y se le han añadido ácidos grasos omega tres. Con ello obtenemos doble beneficio; por un lado reducimos las grasas saturadas y por otro aumentamos los ácidos grasos omega tres que, entre otros beneficios, tienen la propiedad de reducir los niveles de colesterol y triglicéridos.
Más legumbres. Aumentar el consumo de legumbres ricas en proteínas como judías, guisantes, garbanzos, lentejas o habas.
Más verduras y cereales. Es recomendable aumentar el consumo de acelgas, apio, cebolla, ajo, espinacas, lechuga, pimiento, puerro, rábano, remolacha, repollo, coliflor, zanahoria, etc. y de cereales como arroz, avena, trigo, cebada, etc.
Más fruta. Aumentar el consumo de fruta fresca. También puede tomarse seca o en conserva.
Más pescado azul. El pescado azul aporta grasas en forma de ácidos grasos omega 3, que no solo no aumentan el nivel de colesterol, sino que reducen el nivel de triglicéridos en la sangre.

Consejos
Los alimentos, mejor cocidos. A la hora de cocinar los alimentos es preferible hacerlos cocidos, a la parrilla o a la plancha o hervidos en vez de fritos, y menos rebozados o empanados.
Moderar el consumo de dulces. Hay alimentos como el pan, la bollería, las pastas o las patatas, que no es necesario reducir para bajar el colesterol pero cuyo consumo hemos de moderar si hay sobrepeso.
Precaución con el azúcar, vino y café. El azúcar, el vino o el café tampoco aumentan los niveles de colesterol si se toman con moderación. Es más, dos vasitos de vino al día elevan las cifras de HDL o "colesterol bueno" con lo que protegen de las enfermedades cardiovasculares.
Haga más ejercicio. Y no solo para bajar peso sino porque se ha demostrado que la dieta estricta para reducir el colesterol resulta ineficaz en personas con niveles de colesterol de alto riesgo cuando no se acompaña de ejercicio físico. Además, el ejercicio acompañado de la dieta adecuada que hemos visto mejora los niveles de colesterol independientemente de la pérdida de peso. Será suficiente con andar media hora al día.
Adelgace si tiene obesidad o sobrepeso. El descenso de peso viene acompañado de un descenso en las cifras de colesterol. Para calcular en el rango de peso en que se encuentra le ofrecemos nuestra Calculadora de Peso Ideal a la que podrá acceder al final de este artículo.

Dieta para reducir el colesterol
Esta dieta tiene como finalidad reducir tus niveles de colesterol en sangre, no necesariamente tu peso. Como verás, los alimentos grasos están prácticamente ausentes.
Desayuno
  • 1 tz. de leche descremada / 1 vasito de yogurt descremado con 1C. de salvado de avena.
  • 2 tostadas integrales con crema de aceitunas / 1 pan pita o árabe con un trozo de queso fresco.
  • Cualquier fruta de la estación.
Media mañana
  • 2 galletas integrales con queso cottage.
  • 1 jugo de frutas
Almuerzo
  • 1 porción de queso fresco / ensalada de hojas verdes.
  • Pollo o Pavo a la plancha / Pescado al limón con ajo y perejil.
  • Medio camote o batata al horno / arroz a la jardinera.
  • 1 ensalada de frutas / 1 mazamorrita de naranja-
  • 1 infusión.
Cena
  • Sándwich de pan integral o pita con vegetales, queso descremado, aceitunas, lechuga, tomate, espinaca. Champiñones, unas gotas de aceite de oliva.
  • 1 vasito de yogurt descremado con 1 C. de salvado de avena.
  • 2 mitades de duraznos al jugo / 1 tz. de gelatina.
  • 1 infusión
Relación de Medidas
  • 1 C = 1 cuchara sopera.
  • 1 tz. = 1 taza
Comidas Prohibidas
CARNES: grasosas como la de cerdo, tocino, salchicha y otros productos elaborados con carne de cerdo.
CARNES FRIAS: carnes procesadas, carnes frías que NO sean de pavo como (salami, mortadela), hot-dogs y hamburguesas de restaurantes de comida rápida (están hechos con mucha grasa), vísceras (riñones, sesos, hígado, etc.). patés.
AVES: grasosas (pato, ganso),
PESCADO: enlatado en aceite.
MARISCOS: langosta, camarones, cangrejos, ostras.
HUEVOS: Limitar las yemas de huevo a dos por semana.
FRUTAS: Aguacate y Coco.
VEGETALES: Los vegetales almidonados (papas, maíz, frijoles) deben ser utilizados sólo si se utilizan como substituto de una porción de pan o cereal.
LEGUMINOSAS: Frijoles (enlatados) con azúcar o cerdo.
OLEAGINOSAS: No consumir las preparadas con sal, fritas o con aceite. Cacahuates japonenes, nueces garapiñadas o almendras cubiertas con chocolate.
Se pueden comer al natural con medida por las calorías que aportan.
PAN: Todos los pasteles horneados con manteca o mantequilla y azúcar
Mezclas comerciales con huevos deshidratados y leche entera. Evita pan dulce, donas y pasteles.
CEREAL: Arroz frito.
LACTEOS: Leche entera y productos empacados con leche entera. Crema. helados, budines, yoghurt, quesos, de leche entera. Sustitutos de crema no láctea.
GRASAS: Mantequilla, manteca, margarina sólida, aderezos comerciales para ensaladas, salsas cremosas.
POSTRES: Bocadillos fritos como papas, chocolates, dulces en general, jaleas, gelatinas, almíbar, budines de leche entera, helados y paletas de helado de leche, mantequilla de cacahuate.
BEBIDAS: Jugos de frutas azucaradas, refrescos, chocolate hecho con leche entera y/o azúcar. Consomé, caldo de carne.
BEBIDAS ALCOHOLICAS: 2 a 3 bebidas por semana.
 
Comidas Permitidas
CARNES: Magras, res o ternera cortes NO grasosos.
CARNES FRIAS: de pavo.
AVES: Pollo y pavo.
PESCADO: todo tipo de pescado fresco o enlatado en agua.
MARISCOS: cangrejo sintético.
HUEVOS: Clara de huevo (uso libre).
FRUTAS: Come tres porciones de fruta fresca al día (1 porción = 1/2 taza). Asegúrate de comer por lo menos una fruta cítrica al día. Fruta congelada o en lata sin azúcar.
VEGETALES: La mayoría de vegetales son de uso LIBRE. El uso de un vegetal amarillo se recomienda diariamente. Los vegetales pueden ser cocidos, al vapor, colados.
LEGUMINOSAS: 1 taza por día.
OLEAGINOSAS: Contienen muy poca grasa saturada, son libres de colesterol y de grasas trans –grasas hidrogenadas. El secreto al comer las oleaginosas esta en la cantidad ya que aunque contienen todos los nutrimentos y grasa buena, finalmente en gran cantidad son muchas calorías por lo que hay que limitarnos a la ración recomendada de 2 cucharadas al día al natural.
PAN: Una pieza de pan blanco o una rodaja de pan integral puede ser utilizada, o tres galletas saladas como sustituto. Espagueti o pastas (1/2 taza) puede ser utilizada como sustituto del pan.
CEREAL: Todos los de caja o naturales incluido el arroz cocido.
LACTEOS: Siempre utiliza leche descremada o productos hechos de leche descremada, tales como quesos bajos en grasa (fresco, cottage, sin crema, panela), yoghurt bajo en grasa y leche descremada liquida o en polvo.
GRASAS: Aceites vegetales poliinsaturados derivados de cártamo, soya, girasol o semilla de ajonjolí.
POSTRES: Limitarse a una porción por día, sustituye cada porción por una porción de pan o cereal: nieve (1/4 taza), gelatina sin sabor o gelatina con sabores con sustitutos de azúcar (1/3 taza), budín preparado con leche descremada (1/2 taza), soufflés de claras de huevo sin mantequilla (1/2 taza).
BEBIDAS: Jugos de frutas frescas, agua, café negro, té o té de hierbas, refrescos dietéticos; cocoa hecha con leche descremada o desgrasada
BEBIDAS ALCOHOLICAS: 2 a 3 bebidas por semana