viernes, 18 de marzo de 2011

¿Quién hace mas Dietas? ¿Hombres o Mujeres?

Cuando uno los ve sentados delante del televisor, con un ala de pollo a la barbacoa en una mano y una cerveza en la otra, no es de sorprender que la mayoría de nosotros pensemos que los hombres van detrás de las mujeres cuando se trata de comer sano.
 
Una serie de estudios han descubierto que, mientras que muchos hombres piden un bistec con un acompañamiento de bistec, las mujeres prefieren las ensaladas e intentan que sus comidas sean más equilibradas.
Las respuestas a las encuestas, sin embargo, no necesariamente reflejan lo que en realidad come la gente. Además, los expertos dicen que, aunque hay pruebas de que las mujeres le prestan más atención a la información sobre nutrición en los medios de comunicación o que tienden a leer las etiquetas de los alimentos con mayor frecuencia, eso no significa que actúen de acuerdo con lo que saben.
"Sabemos mucho más a partir de las encuestas acerca de lo que las personas piensan comer que acerca de lo que en realidad comen", indica el Dr. Laurence Nolan, profesor asociado de psicología del Wagner College de Staten Island, Nueva York.
"Los hombres y las mujeres planean hacer cosas distintas", según Nolan, cuya encuesta entre estudiantes universitarios estableció que las mujeres tienden a optar por una comida equilibrada, mientras que los hombres son más propensos a pedir carne y a comer menos verdura.
Pero la encuesta, al igual que otras encuestas, sólo puede revelar lo que los encuestados esperan comer, dice Nolan. En la vida real, agrega, los hombres y las mujeres por igual están mal informados acerca de la nutrición, y generalmente están muy lejos de estimar las calorías que consumen.
Somos lo que comemos
El consumo de calorías en EE.UU. está aumentando, especialmente entre las mujeres, según los datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de los Centros de Control de Enfermedades (NHANES) publicada en febrero.
Entre 1971 y 2000, la ingesta de calorías de las mujeres aumentó tres veces más rápidamente que la de los hombres. En promedio, las mujeres consumieron 1,877 calorías por día en 2000, un 22 por ciento más que hace 30 años, mientras que la ingesta de calorías de los hombres aumentó en un 7 por ciento, a 2,618 calorías diarias.
Para ambos sexos, la ingesta de una mayor cantidad de carbohidratos constituye el motivo principal del aumento, pero no queda claro por qué la ingesta de calorías por parte de las mujeres se disparó en comparación con la de los hombres, según Jacqueline D. Wright, epidemióloga de los CDC.
Otras investigaciones gubernamentales no detectaron ninguna diferencia de este tipo entre los sexos, de modo que es posible que el descubrimiento esté basado en los cambios en la forma en que se recopilaron las estadísticas de la NHANES a través de los años. Pero si esta divergencia entre los sexos es "real", dice Wright, es preocupante, y es importante que los investigadores descubran cuáles son los motivos.
Cynthia Sass, una dietista registrada que reside en Tampa, Florida, y autora del libro Your Diet is Driving Me Crazy (Tu dieta me vuelve loco), dice que piensa que el aumento súbito en el consumo de calorías que se detecta en la NHANES puede tener que ver con la "alimentación por estrés" asociada con las vidas cada vez más agitadas de las mujeres.

Las mujeres y los hombres también son diferentes a la hora de ponerse a dieta.
"Los hombres y las mujeres planean hacer cosas distintas", según el Dr. Laurence Nolan, profesor asociado de psicología del Wagner College de Staten Island, Nueva York, cuya encuesta entre estudiantes universitarios estableció que las mujeres tienden a optar por una comida equilibrada, mientras que los hombres son más propensos a pedir carne y a comer menos verdura.
Las respuestas a las encuestas, sin embargo, no necesariamente reflejan lo que en realidad come la gente. Además, los expertos dicen que, aunque hay pruebas de que las mujeres le prestan más atención a la información sobre nutrición en los medios de comunicación o que tienden a leer las etiquetas de los alimentos con mayor frecuencia, eso no significa que actúen de acuerdo con lo que saben.
"Sabemos mucho más a partir de las encuestas acerca de lo que las personas piensan comer que acerca de lo que en realidad comen", indica Nolan.
Pero la encuesta, al igual que otras encuestas, sólo puede revelar lo que los encuestados esperan comer, dice Nolan. En la vida real, agrega, los hombres y las mujeres por igual están mal informados acerca de la nutrición, y generalmente están muy lejos de estimar las calorías que consumen.

El 85% de las personas que se ponen en manos de un experto en nutrición son mujeres.
Un estudio sociológico realizado por las sociedades para el estudio de la obesidad (SEEDO) y de endocrinología y nutrición (SEEN) revela que ellas acuden a la consulta del especialista movidas sobre todo por motivos estéticos, mientras que en los varones prima más la salud. A pesar de estos resultados, el sobrepeso no parece ser un problema que preocupe en exceso al sexo masculino. Así, el 85% de las personas que se ponen en manos de un nutricionista tiene nombre de mujer.
Estos y otros datos fueron dados a conocer en la reciente presentación de la tercera encuesta de salud "Pierde peso, gana vida", promovida por dichas sociedades científicas. El trabajo, realizado a partir de 1.335 entrevistas telefónicas con ciudadanos mayores de 18 años, analiza el grado de satisfacción de los pacientes que acudieron a un especialista médico para bajar de talla. Según este informe, siete de cada diez personas creen que lograron los objetivos que se marcaron con la terapia, un 82% está convencido de que la mejor opción terapéutica pasa por acudir a un médico, y un 85% de los consultados dice sentirse mejor después de haberse sometido a una dieta controlada. 
Los resultados obtenidos son "alentadores y refuerzan la idea de que los tratamientos para bajar de peso deben basarse en criterios científicos y no en milagros. "Hasta la fecha, la única fórmula que se ha mostrado capaz, eficaz y segura" para conseguir el objetivo de bajar peso de una manera sana es una terapia integral basada en una alimentación equilibrada, un programa de actividad física personalizado y un tratamiento suplementario cuando sea necesario, dijo el especialista Javier Salvador, director del departamento de Endocrinología y Nutrición de la Clínica de Navarra.

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