miércoles, 16 de febrero de 2011

Respuestas Para Padres Con Niños Obesos

Actualmente la obesidad infantil preocupa a profesionales de la salud, padres y educadores. Aquí ofrecemos algunas recomendaciones y respuestas a preguntas frecuentes...

 
El ambiente actual favorece la obesidad, antes los niños corrían de la escuela a la casa para cambiarse de ropa y salir afuera a jugar. Se corría bicicleta, jugaban baloncesto, jugaban pelota y trepaban árboles.
En estos días el televisor los juegos electrónicos y las computadoras consumen aproximadamente de 6 a 8 horas diarias. Ya no existe tiempo para hacer actividad física...
1. ¿Cómo creamos conciencia de una buena alimentación a un niño?
  • Que los padres sean un ejemplo de una nutrición balanceada, que exhiban costumbres saludables, como el comer frutas y vegetales y granos integrales.
  • Que se ofrezcan alimentos saludables una y otra vez, y a veces hasta el cansancio, hasta que el niño se sienta familiarizado con ellos y que entienda que en casa se hace lo mejor posible para alimentarse saludablemente.
  • Que se hable de la nutrición como algo esencial de la vida, en lugar de usar los alimentos como amenaza o un premio a una acción que el niño deba hacer.
2. ¿Cuándo podemos hablar de un niño con sobrepeso y un niño obeso? ¿Cómo se cualifica el sobrepeso?
Una persona tiene sobrepeso cuando supera el 10 por ciento del peso para su talla. Es obeso cuando esta cifra es mayor al 20 por ciento.
Los médicos usan la balanza; es lo más común. Pero un número absoluto no tiene ninguna importancia si no se relaciona con la estatura del niño. Se deben comparar las tablas de pesos y estaturas, parámetros que usan los servicios de salud.
El peso es variable de una persona a otra porque tejidos, además de la grasa corporal, son distintos de un organismo a otro. También, los tejidos muscular y óseos son diferentes.
Una persona puede pesar más de lo que le corresponde, pero si es un atleta ese sobrepeso corresponde a músculos y no grasa. Sería un error calificarlo como un obeso.

3. ¿Qué podemos hacer si nuestro hijo se rehúsa a comer vegetales y frutas?
Es normal que los niños se rehúsen, sin embargo tenemos que continuar ofreciéndolos y darles diferentes alternativas para su consumo y nunca darnos por vencidos. Por ejemplo:
  • Tener frutas y vegetales cortados y disponibles para una merienda rápida. Se pueden comer con un yogur bajo en grasa o un queso requesón tipo cottage.
  • Ofrecerles opciones atractivas y saludables, como es el caso de los jugos cien por ciento naturales que no contienen azúcares ni aditivos.
  • Lo bueno de buscar alternativas prácticas es de ofrecer los mismos beneficios nutricionales pero en diferente empaque, es decir intercambiar entre las frutas y vegetales frescos con jugos cien por ciento natural.
4. ¿Qué se aconseja frente a la inevitable atracción del fast-food?
No se debe evitar por completo ya que los niños la disfrutan y al fin y al cabo van a tener acceso a esa comida. Lo mejor es educar al niño, por ejemplo, pedir las porciones más pequeñas, compartir las papas fritas o dulces. Ordenar bebidas que provean beneficios nutricionales, como la leche y los jugos naturales, y no olvidarnos que los restaurantes de comida rápida están ofreciendo ensaladas y frutas frescas como parte de sus menús.

5. ¿Cuáles son los pasos claves a seguir para un buen tratamiento?
Cuatro claves para combatir la obesidad:
1.- Buenos hábitos alimenticios
2.- Aumento de la actividad física
3.- Terapia conductual
4.- Activa participación familiar 

6. Considerando que están en crecimiento… ¿Los niños pueden hacer dietas?
El niño o adolescente obeso está en continuo crecimiento y desarrollo, por lo cual se le deben dar regímenes alimenticios normales para su peso, talla, sexo y edad; adecuado en calorías y balanceado en la proporción correcta de nutrientes. Hidrato de carbono de 45 a 55 por ciento, proteína 15 por ciento, y grasa 35 por ciento del total. Cuidado con las dietas de ayuno o con suprimir las proteínas, ya que esto puede repercutir en el crecimiento y estatura.
Por todo lo señalado, es difícil que una madre pueda sostener un tratamiento eficaz para su hijo, sin la presencia del médico.

Es más fácil suspender las golosinas, grasas, aceites extras y bebidas gaseosas como primera medida. Se quita lo inadecuado para formar hábitos.

Consejo: Comer de todo y equilibrado
Los hábitos saludables deben adoptarse en la primera infancia, aunque a veces sea difícil.
 
No quiero. A los dos o tres años, el niño suele negarse a comer porque está en la fase del no. No hay que obligarle. No pasa nada si un niño sano come mal en una ingesta. Pero hay que evitar que coma entre horas o darle lo que pida: pone a prueba a los padres. De más mayores, repetir en la siguiente comida el plato dejado; no pasar al segundo plato o al postre hasta acabar; quitar el plato al mismo tiempo que a los demás, esté lleno o vacío; no levantarse de la mesa hasta acabar... son estrategias de cada familia. Lo que hay que evitar son los gritos y peleas en la mesa.

No me gusta. A los dos años el niño puede comer de todo y desde entonces debe aprender a comer de todo. Cuantos más sabores pruebe mejor, pues a mayor edad será más difícil y la dieta debe ser el máximo de variada. Es mejor evitar mezclas (si se hace puré, un día de una verdura y otro de otra). Debe aprender que a todos hay unos alimentos que nos gustan más que otros. No puede ser que no le guste toda la verdura o toda la fruta. A veces, habrá que probar más de una vez para acostumbrarle al gusto y es de gran ayuda el preparar los alimentos de forma atractiva y diversa (verduras hervidas, en puré, crudas, rebozadas, pisto, con arroz...).

¿Dejar escoger? Un niño de cuatro años no debe escoger qué come; deciden los padres. Sí se pueden dar opciones a los niños como "voy a hacer verdura, ¿qué prefieres: judías o espinacas?".

Cuidado con los extras. Hay que conocer el menú de la escuela y completar las carencias en casa. Si un día se repite no pasa nada, pero hay que introducir variedad y equilibrio. Si se empieza con un día es un día... se acaba cenando todos los días bocadillo o cambiando la fruta por postres procesados o abusando de los dulces.

Merienda dulce. Hay que pensar que la merienda con que nos criamos los adultos de hoy, de pan con chocolate, suponía una rebanada de pan (el pan integral o chapata se tarda más en procesar, así que sacia más que el blanco, y mucho más que el bollito) y poco chocolate. No es lo mismo un bollo con chocolate envasado. ¿Por qué no algunos días fruta? En batido, con yogur... Si un niño tiene hambre, mejor un bocadillo mediano de pan normal que dos sándwiches de pan de molde.

Chuches. Los conocidos o en las tiendas dan chucherías a los niños. Un consejo puede ser aceptarlas, pero enseñar al niño a gestionar sus extras (incluso recurriendo a un bote a modo de hucha): si se le deja comer un caramelo, no puede comer dos; si esa semana le regalan chuches, ya no se las comprarán los padres y debe gestionárselas.

Recomendaciones alimenticias generales:
1.- Servir comida en cantidad moderada
2.- Comer siempre en el mismo lugar
3.- Servir los platos en la cocina
4.- Comer lento
5.- No asociar otras actividades a la alimentación
6.- Intentar dejar comida en el plato
7.- Concentrarse en la comida
8.- Guardar alimentos tentadores
9.- Eliminar dulces y azúcar

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