
Probablemente has escuchado hablar del ciclo circadiano. Este ciclo puede alterarse en las personas que trabajan de noche con cierta regularidad o de forma permanente. El ciclo circadiano es el que nos da las horas de vigilia y sueño y que nos permite estar despiertos de día y que naturalmente nos dé sueño de noche.
Los ajustes básicos que deben hacer en la dieta quienes tienen horarios de trabajo nocturno son: evitar las comidas y cenas pesadas y grasosas; no consumir snacks, patatas fritas o bollería entre horas y no abusar de bebidas estimulantes, azucaradas y colas.
Se recomienda realizar como mínimo tres comidas principales y dos meriendas intercaladas en las 16 horas que en teoría estarás despierto(a). Esto evitará la hipoglucemia que afecta negativamente al rendimiento y capacidad laboral, así como el picoteo inadecuado o el comer exageradamente en alguna comida principal, lo cual propicia el aumento de peso corporal.
Lo peor que puedes hacer es comer bocadillos o sencillamente no comer. Comer varias veces te garantiza mantener un nivel de alerta mayor, una mejor concentración y preservar la salud mediante los alimentos.
Una buena idea es dedicarle unos minutos a la preparación de la cena en casa y poder llevarla al trabajo para no terminar comiendo en la cafetería snacks, bocadillos y bollería, acompañados de cafés en exceso o bebidas colas.
Si el trabajo implica quedarse despierto y alerta, conviene evitar los alimentos muy dulces, pues elevan el nivel de glucosa propiciando la salida de insulina y finalmente llevan a una rápida baja de glucosa, provocando sueño y cansancio que pueden afectar la calidad del trabajo que se realiza. Es importante no tomar hidratos y azúcares en la noche, para que el organismo no los acumule en forma de grasa.
Evita consumir grandes cantidades de comida, que también genera una baja en la glucosa, y no abuses de sustancias estimulantes como el café o productos que lo contengan (gaseosas, bebidas energizantes).
Si en la madrugada tienes la necesidad de comer algo, consume una fruta, un yogur, o unas lonchas de jamón york o pavo magros.
Bebe agua o bebidas calientes con poca cantidad de azúcar. Puedes consumir frutas, alimentos integrales como pan o arroz integral.
Es recomendable realizar un buen desayuno o merienda, para que tanto el almuerzo y la cena sean ligeros. De esta forma se evita la modorra o somnolencia que produce una comida desequilibrada y copiosa.
En resumen, la mejor forma de alimentarte cuando trabajas de noche es comer varias veces en cantidades normales sin exagerar. Evitar los azúcares, consumir alimentos variados como pollo, carnes, pescados, menestras, ensaladas crudas o cocidas y sopas entre otros, beber suficiente agua y limitar las bebidas estimulantes.
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