jueves, 3 de marzo de 2011

Conceptos erroneos sobre la diabetes y su dieta

Aunque es cierto que el azúcar y otros carbohidratos simples pueden producir un aumento rápido de la glucosa, o azúcar, en sangre, no causan la diabetes.
 
Debido a que la diabetes mellitus comúnmente es referida como la "enfermedad del azúcar", muchas personas erróneamente piensan que es causada por comer demasiada azúcar refinada. La etiología, o causa, de esta enfermedad crónica es aún desconocida, pero se sabe que la herencia, la obesidad y el consumo excesivo de calorías son importantes. 

Otro mito común sostiene que una persona diabética debe excluir las "harinas" de su dieta. La cantidad de carbohidratos que un diabético puede consumir al día depende tanto de su requerimiento calórico, como de su plan de tratamiento de la diabetes, como por ejemplo la dieta que le haya sido prescrita, o si debe o no inyectarse insulina. 

Las "harinas", o carbohidratos complejos, se encuentran principalmente en los panes, los granos como el arroz, los cereales, las pastas y las verduras harinosas, como la papa y la yuca. Ya que éstos proporcionan energía, vitaminas, minerales y fibra, es importante incluírlos en los tiempos de comida más fuertes. Es preferible comer aquéllos que son de grano entero, o integrales, ya que aportan una mayor cantidad de fibra que enlentece la absorción de glucosa por el cuerpo. 

Lo mismo sucede con el azúcar simple. La creencia de que debe ser eliminada de la dieta de un diabético se basa en que el azúcar simple es más rápidamente absorbida que otros tipos de carbohidratos, y que puede agravar la hiperglicemia. Mientas exista un adecuado suministro de insulina para metabolizarla, una persona con diabetes puede ingerir cantidades moderadas de azúcar, siempre y cuando cuide los alimentos consumidos que contengan azúcar.

Ya no se considera necesario preparar platillos por separado, "especiales", para los miembros diabéticos de una familia. Hoy en día, tanto el público como la comunidad médica se ha percatado de la importancia de lo importante que es una dieta balanceada para mantener la salud en general, a la vez que se reconoce que los principios recomendados en una dieta sana para un diabético son muy similares a lo que deberían consumir todos. 


El cuidado de la Alimentación
La Diabetes Mellitus es una enfermedad que padecen alrededor de 170 millones de personas en el mundo (según datos de la OMS). Pese a que aún no se ha encontrado cura para ella, si se sabe, que un buen tratamiento, que involucre una alimentación adecuada y bien balanceada, puede ayudar a prevenir las consecuencias que ocasiona. 

¿Por dónde comenzar?
Lo primero, es organizar los horarios de comidas, de acuerdo al tratamiento médico indicado. Esto lo trabajan el paciente y su Nutricionista, de acuerdo a los hábitos del paciente, sus gustos y actividades diarias.
Luego, sigue elaborar un plan de alimentación individualizado, diseñado por el profesional en esta área, de acuerdo a las características de la persona como su peso, edad, talla, contextura, enfermedades asociadas y actividad física y se contemplan las cantidades a comer de cada grupo de alimentos y el tipo de alimentos a ingerir.

El plan debe ir siempre acompañado de ejercicio físico diario, para mantener controlada la glicemia y promover un peso y una condición física adecuados.
Se deben realizar varias modificaciones en los hábitos alimentarios, que deben adoptarse de por vida, de manera que se procuren mantener siempre los niveles de glucosa en sangre lo más normal posibles.


Modificaciones importantes en la alimentación
Para mayor facilidad, veamos los grupos de alimentos y algunos de los cambios en cada uno:
1. Cereales, panes, pastas, verduras, arroz y granos:
  • Buscar las opciones integrales: pan integral, avena integral, pastas integrales
  • Consumir las papas y camote con cáscara, bien lavados
  • Evite el exceso de galletas, arroz, pastas, etc., aún siendo integrales
2. Frutas y vegetales:
  • Busque frutas ricas en fibra: manzanas, peras, naranja, mandarina, guayabas, granadillas, piña, limón dulce, etc
  • Incluya frutas como postres después de comer, como meriendas o en batidos
  • Consuma siempre al menos 1 taza de ensalada de vegetales con el almuerzo y otra con la cena.
3. Lácteos (leche, queso y yogurt):
  • Prefiera la leche descremada en lugar de la regular
  • Busque quesos blancos frescos como cuajada, ricota, cottage, etc y aléjese de los quesos amarillos o maduros
  • En el mercado existen varios yogurt sin azúcar que puede incluir como meriendas durante el día
4. Carnes y Huevos:
  • Elija cortes sin pellejos, sin piel, ni "gordos"
  • Evite todo tipo de embutidos (salami, jamonada, mortadela, tocineta, etc.)
  • Prepare las carnes al horno, a la parrilla, en salsa o en guisos y no fritas ni empanizadas
  • Limite el consumo de huevos a 2 o 3 unidades por semana
5. Grasas:
  • Elimine la mantequilla, natilla, queso crema, mantecas, crema dulce, etc
  • Utilice para cocinar aceite de oliva, de girasol, maíz, soya o canola
  • Incluya ácidos grasos omega-3 en su alimentación presentes en pescados fríos (atún, salmón, arenque), fibra de lino y aceite de semillas de linaza
  • Evite todo tipo de comidas rápidas, grandes enemigas de su corazón
6. Los Dulces:
  • Este famoso grupo de alimentos que reúne al azúcar de mesa, los confites, los helados, los chocolates, la leche condensada y cuanto postre se le ocurra, está limitado, pero según investigaciones recientes, no tiene por que eliminarse de por vida.
Tabla de índices glucémicos de los principales alimentos:
Sustituyendo los carbohidratos de bajo índice glucémico, especialmente en las meriendas o comidas aisladas, podemos mejorar la regulación del azúcar en sangre, reducir la secreción de insulina y ayudar a un programa de pérdida de peso. La tabla siguiente puede consultarse para elegir los alimentos de menor índice glucémico.

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