Para perder peso es fundamental mantenerse bien hidratado, bebiendo agua todo el día. Lo que se recomienda en general (salvo en casos especiales) es beber por lo menos 8 vasos de agua al día.
Si somos cuidadosos con lo que nuestro cuerpo pide nos daremos cuenta de que muchas veces la sed se confunde con el hambre, por lo que podríamos consumir alimentos sin necesidad pues en realidad era sed lo que teníamos.
No hay que esperar a estar sediento para beber agua, es mejor tomar agua continuamente y con ello contribuiremos a disminuir el hambre fuera de las horas adecuadas. Comer alimentos ricos en agua como las frutas y verduras, además de satisfacer el hambre y la sed ayudan al adecuado funcionamiento del organismo.
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