martes, 19 de octubre de 2010

MANEJO NUTRICIONAL DEL NIÑO CON AUTISMO

El autismo es una alteración neurológica que afecta la función cerebral, especialmente en las áreas de interacción social y habilidades para la comunicación, Aunque las últimas investigaciones apuntan hacia una etiología multifactorial donde se involucran factores genéticos, ambientales, metabólicos e inmunológicos que afectan el metabolismo de la neurotransmisión cerebral, se continúa clasificándola como una enfermedad neurológica, dentro del grupo de los “trastornos generalizados del desarrollo”. 

La adecuada administración de alimentos y vitaminas, es un complemento para mejorar ciertas conductas y síntomas del autismo.
Es conocido que las personas autistas son selectivas en su alimentación y se dice que los alimentos que ellos buscan y quieren comer son los que le hacen más daño.
Es por ello que se debe realizar un plan de alimentación tomando en cuenta, la causa del autismo y la clínica del paciente por lo cual existen diferentes alternativas: 

1. Dieta libre de gluten y de caseína: Según investigaciones aparentemente los niños con autismo no producen cantidades suficientes de Secretina (hormona gastrointestinal) y como resultado el proceso digestivo se dificulta. La producción reducida de esta hormona puede relacionarse con la sensibilidad al gluten.
Los defectos en la digestión de proteínas llevan a la absorción de péptidos parcialmente hidrolizados que afectan al sistema Nervioso Central y esto es especialmente cierto para el caso del gluten y de la caseína.

Alimentos que contienen gluten: No consumir alimentos en cuya composición este como ingrediente el trigo, la avena, la cebada, el centeno, así como cualquier derivados de éstos: harinas, féculas, almidones, malta, espesantes, sémola. Se debe tener precaución con los alimentos elaborados, transformados o envasados, ya que al ser manipulados, es difícil de garantizar que no contengan gluten. El gluten existe como ingrediente oculto en muchos alimentos, medicinas y hasta en el pegamento con el que se pegan los sobres.

Alimentos que contienen caseína: Leche y sus derivados y alimentos que en su etiquetado reporta sólidos lácteos.
También es importante conocer el efecto adverso que tiene el consumo de colorantes artificiales en la conducta de estos niños, como lo han reportado varios estudios. Un mecanismo posible que estimula estos efectos negativos es la inhibición de enzimas digestivas por medio de los colorantes. En un estudio realizado en Alemania swe encontró la inhibición significativa de enzimas digestivas como la amilasa y la tripsina por la ingesta de colorantes. Por lo tanto, ayudaría mucho retirar los colorantes de la dieta del niño con autismo.

Alimentos permitidos: Carne, pescado, aves, huevo (sin yema), aceite de oliva, de maíz y de girasol, pan y otros productos preparados con las siguientes harinas: maíz, arroz, yuca, papa y soya, leche de soya.
Es importante conocer que los efectos de esta dieta, si funciona, tienden a ser acumulativos y se debe tratar de cumplirla por lo menos 1 año para verificar los cambios de conductas ocurridos en estos pacientes.

2. Restricción de alimentos que favorecen el crecimiento de Cándida: Esta es otra alternativa para lograr que los niños autistas obtengan el potencial que les ayudará a alcanzar metas en su vida y consiste en ayudar a eliminar los nutrientes que promueven el crecimiento de Cándida y levaduras que casi siempre, están presentes y en niveles elevados en niños autistas.
Para indicarla debemos estar seguros que hay sobrecrecimiento de Cándida y levaduras. El tratamiento mediante la dieta, mejora ampliamente la clínica del niño, eliminando los dolores de cabeza, dolores estomacales e intestinales y flatulencia.

Evitar el consumo de harinas enriquecidas con vitaminas derivadas de la levadura, cerveza, embutidos, yogur , pimienta, curry, vinagre, ketchup, mostaza, vino, postres preparados comercialmente.

3. Restricción de dietas ricas en fenoles, salicilatos y sulfitos: Debido a la deficiencia de la enzima Fenol-Sulfur. Transferasa que se presenta en algunas personas con autismo, en ocasiones se hace necesario eliminar alimentos que tengan fenoles, salicilatos y sulfitos, pero seguir esta dieta a largo plazo es extremadamente difícil, ya que los fenoles naturales están presentes en cada alimento de color.
Fenoles: Manzana , pera , durazno, uva, vino tinto, cebolla, chocolate, té , café, frutas cítricas.
Sulfitos: Se debe evitar todos los alimentos que contengan preservativos y/o colorantes, enlatados, embutidos, jugos envasados, refrescos, bebidas energéticas, chucherías, pasapalos salados, ajo, cebolla, brócoli, coliflor, repollo y repollito de Bruselas.
Salicilatos: Té, cerveza de hierbas, carne enlatada y procesada con vinagre, aliño para ensalada, mayonesa, aguacate, aceitunas, papas blancas, pepino, pimentón, tomate, manzana, sidra de manzana, duraznos, melocotones, moras, cerezas, guindas confitadas, uvas, melón.

4. Restricción de alimentos alergénicos: Gran cantidad de niños con alergias alimentarias, insisten en comer exactamente aquellos alimentos que no deberían comer. A pesar de que las pruebas de laboratorios indican no evidencia de alergias alimentarias, los niños tratados con dieta sin caseína y sin gluten presentan notables avances en su conducta.

5. Restricción de alimentos contaminados con metales pesados (plomo, cadmio, arsénico, níquel, mercurio y estaño): Debido a que la intoxicación con metales pesados puede desencadenar síntomas en el niño autista especialmente el mercurio, se hace necesario restringir aquellos alimentos que sabemos están contaminados como lo son los pescados de río del Sur de Venezuela y los del litoral central.

Con el asesoramiento de los especialistas tratantes (pediatras, nutricionistas, maestras, psicólogos, cuidadoras, etc.) del niño es posible lograr alternativas culinarias adecuadas y fáciles de adaptar a sus requerimientos económicos y de disponibilidad de tiempo.

Una vez iniciado el cambio en la dieta del niño, siguiendo las indicaciones dadas por el nutricionista , se debe ser persistente en esto, ya que cuando se interrumpe, también se interrumpe los logros que se hicieron durante el tratamiento y así se cae en la posibilidad de que el niño pueda perder todos los logros alcanzados conforme pasa el tiempo.

La intervención dietética lleva tiempo y dificultades, ya que no es fácil determinar cuáles alimentos causan problemas. Generalmente los niños autistas consumen una dieta muy monótona, dado las restricciones que tienen, por lo que los padres de estos niños, en un principio se niegan a reducir algunos de los pocos alimentos que el niño acepta.

 

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