Las flatulencias son muy incómodas y vergonzosas, pero acumular gas en nuestros intestinos no es saludable. Ofrezco algunas cuestiones relativas a las flatulencias y a algunos modos de controlarlas.
Los gases se originan por lo que se suele llamar aerofagia. Ésta se realiza de manera inconsciente, y se trata de una consecuencia de la ansiedad y los nervios que algunas personas padecen. El aire absorbido se compone de oxígeno y nitrógeno. El primero es absorbido por nuestro cuerpo, y rara vez termina convirtiéndose en flatulencias; el nitrógeno, sin embargo, no es absorbido en su totalidad, y termina siendo el causante de la aparición de gases.
En primer lugar debe intentarse reducir los niveles de ansiedad que padecemos. Las técnicas de relajación son un excelente elemento para reducirlos. También debe procurarse evitar acostarse enseguida de comer, puesto que el gas pasa más fácilmente desde nuestro estómago a nuestros intestinos si nos encontramos en esta posición.
Y en segundo lugar, en lo referente al momento de comer en sí mismo, la base está en comer masticando cuidadosamente y de manera lenta. Consumir una importante cantidad de comida rápidamente es un seguro causante de flatulencias, puesto que el aire absorbido es de magnitud mucho mayor que si masticamos de forma lenta y pausada, además de ser mucho más saludable para nuestra digestión.
La meditación, aunque suene un tanto rebuscado, es un componente esencial en la procuración de disminuir los niveles de flato. Relajarnos y encarar el día de forma tranquila y poco apresurada nos evitará la aerofagia al posibilitarnos respirar y comer de manera adecuada, para poder disfrutar de una reunión ente amigos sin tener que preocuparnos por nuestras flatulencias.
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